Esa sensación, te sientes mal y a la vez bien, sientes que hay un agujero negro en tu interior, pero sonríes; porque tienes motivos. Ese mismo motivo que te hace creer en que todo irá bien, que te hace creer en los ''para siempre'', que te hace sonreír cada mañana, con la esperanza de que algún día verás hechos realidad todos esos sueños que te hicieron llorar de la emoción mientras dormías. Por todas esas veces que al levantarte con los ojos humedecidos por las lágrimas te daban ganas de seguir llorando, esta vez no de felicidad, sino de tristeza, porque simplemente era un sueño y los sueños no se cumplen. Aquellos días en los que no tenías ganas de nada, simplemente porque no habías sido capaz de dibujarle una sonrisa. Cuando querías que esos momentos tan sencillos, esas tonterías que hacía o cuando te daba un abrazo y te susurraba al oído que te quería. Las veces que sólo tenías ojos para él, esas veces que lo que más feliz te hacía era encontrarte con él, aunque fuera únicamente con la mirada. Todas esas veces que sentías mariposas en el estómago cuando estaba cerca de ti, y te apretaba contra su pecho; en ese momento, deseabas que se parara el tiempo, que durara para siempre; uno en frente del otro, podías oír el latido relajado de su corazón, mientras el tuyo estaba a punto de salirse de tu pecho. Todos esos sentimientos, que no te dejaban dormir, que te hacían ser feliz, que te hacían sentir la más especial del mundo... Él los sintió, sabe lo que es, sabe lo que es enamorarse, conoce muy bien todos esos cambios, sólo existe una pequeña diferencia, tú sientes eso por él y él lo siente por otra. Todas esas veces que pensaste en él, él pensaba en otra. Pero debes olvidarle, porque querer a alguien que no te corresponde es como abrazar a un cactus, cuanto más te aferres a él, más dolerá. En ocasiones, cuando te das cuenta de que no puedes estar con él, le echas de menos, y duele... Duele porque no sabes quién eres sin él.
Simplemente duele, eso es todo.
Sinceramente, cuando me abrazas es la sensación más bonita del mundo, se me forma un nudo en la garganta que no me deja hablar. Consigues dibujar una sonrisa en mi cara sólo con mirarme, aunque no me sienta con ánimos de nada; pero, como te he dicho muchas veces, tienes ese algo que te hace especial. Único. Y, sin duda alguna, el mejor lugar donde se puede estar es entre tus brazos.
